Trabajos que pagan la renta
Posted by luis | Posted in | Posted on 10:39:00 a. m.
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Estar parado en un escenario es una sensación indescriptible, tener un micrófono en la mano te da poder. Antes tenía su banda, pero ahora se conforma con cantar en la sala de estudio. Ahí te ponen la pista que quieren. Dos chicas lo han mirado coquetas mientras ha cantado 3 a.m. su canción preferida de match box twenty. Ahorita se arranca con una de Guns and Roses, se acerca a las flacas y listo el pollo.
Paradise City es su himno, su voz se desliza suave nomás, como para hacer la finta, calcula los compases. Ahorita tendría que soltar la garganta para decir I want you please take me home, pero se ha quedado mudo. Uy chucha, mi jefe, dice despacito. Corre al vestuario a rescatar su saquito, crema bien planchado. Luego, sin mirar atrás correr a la calle a completar la chamba que ha dejado casi a medias.
¿Cuántas veces le han dicho que en este trabajo cuidamos nuestra imagen, Aguirre? No se acuerda, casi diez mil. No les interesa lo que haga en su tiempo libre, pero en el bufete de abogados no permitimos el escándalo. A ver que hubiera pasado si lo ven uno de nuestros clientes. Es un trabajador cumplidor, sí. Pero ahora sabemos por qué se demoraba tanto entre entrega y entrega. Cantante nos resultó. Bueno pues, ahora tendrá tiempo para sacudirse como quiera ante las chibolas. Despedido.
Aquí el único que trabaja es Gonzáles. Veinte minutos de sermón y el jefe no se cansa. Todos hacen lo que quieren aquí. Hay eventos que coordinar y ninguno consigue nada, a uno se les olvidan los datos, el otro pierde el teléfono. Aprendan de Gonzáles pues. Es el único que tiene agenda acá. Presta Gonzáles para enseñarles como se organiza uno, Mejor no jefe. Presta, ¡puta que mierda es esto Gonzáles!
Las viñetas desfilan organizadas, de dos, hasta de a tres, en cada página. Trabaja en el área de protocolo, debería tener nombres, apellidos, direcciones. El quiere ser dibujante. Dibuja cómics todo el día. En su agenda, el jefe es no se llama Pereira, es Executivus Babosus un gato mutante, enemigo de súper serrano, su súper héroe peruano. Pelean en la batalla final, en el mundo real. A nadie le pagan por huevear. Despedido.
Noel quiere ser escritor, tiene su blog. Escribe algunas semanas bien, otras mal. Ha caminado ya por dos o tres editoriales. Nada. No sé que haces perdiendo tu tiempo en la fábrica esa, le ha dicho Martha. Si quieres ser escritor pues escribe, dice y le regala un cuaderno azul para que Noel lo llene con sus sueños. La mira y le pregunta si ella le va a pagar lo que le pagan en la fábrica. Si es así, entonces se dedica a escribir.
Pregunta si eres feliz ahí, caminando como cojudo por la calle, tratando de conseguir clientes. No responde, se va, tiene que trabajar. Se ha acostumbrado a mentir, hasta cuando escribe. Escribe de amores, engaños, chicas que nunca conoció. Lo único que conozco es el miedo. Miedo de hacer lo que realmente le gusta. Dedicarse a escribir todos los días y luego, si se aburre, tirarse, en su cama a releer cada palabra mágica de Saramago. De eso sí sabe. Del miedo a ser feliz.
