¿Otra vez?
Posted by luis | Posted in | Posted on 12:00:00 p. m.

Me van a operar otra vez. El injerto que el doctor Fuertes me hizo en los tímpanos ha servido para salvarme la audición, pero tengo otra lesión que la vuelve a comprometer. Tu nariz no sirve, y el problema se está agravando, me ha dicho sin arrepentimiento el nuevo doctor. Mi mente ha vagado al pasado, me he visto nuevamente pasando exámenes, vomitando por la anestesia, y aguantando el reposo. Lo único que ha salido de mi boca es la pregunta ¿otra vez?
Me enteré el viernes, el fin de semana no empezaba bien, me daba igual porque no pensaba salir. Noel me llamó diez minutos después, no le dije nada. Flaco, mi amiga Karla va a tocar con su banda en Next, vamos. No tenía una excusa buena, y contarle que me iban a operar y estaba deprimido no lo iba a detener. Quise decir no, pero dije sí, Te veo en media hora en el local, déjame cenar y voy.
Se te puede oler la inseguridad a dos kilómetros, si no la controlas nadie se va a animar contigo. Era todavía universitario cuando Brenda me sorprendió con ese diagnóstico. Esa misma noche, rompí con todos los record de ridiculez al tratar de parecer interesante con una chica que había conocido. Hasta ahora no puedo resolver cómo pasé de mantener una conversación interesante a contar una interminable lista de chistes sin sentido, solo para parecer interesante.
De más está decir que no volví a saber de ella. Me acordé de la anécdota, porque el mismo cosquilleo en la boca del estómago apareció el viernes. Noel me había presentado a Mariela, había conversado ya media hora con ella y todo iba bien, hasta que mi copa de vino pareció cobrar vida y, en medio de la conversación, voló en cámara lenta y estalló contra el suelo, como si fuera una bomba nuclear.
No contento con eso, quise invitarla a salir. Costó lograr que me reconociera, a pesar que nos habíamos conocido la noche anterior. No puedo salir, dijo, la muestra terminó tarde anoche y luego fuimos a un lugar con unos amigos. Por eso miraba a su alrededor mientras hablábamos me dije, convencido que no había puesto ninguna atención a lo que le dije, estaba más interesada en irse a tomar con sus amigos. Será para otra vez, me consoló, yo te llamo.
Terminé yendo al cine con Noel. Terminé pagando las entradas, No pienso gastar mi plata para ver “Los Extraños”, dijo todo conchudo. La película tenía toda la pinta de ser una de esas gringadas con actores desconocidos y bajo presupuesto. Antes de entrar Noel me preguntó por Mari, La he llamado hace un rato, iba a salir con un pata de su facultad, me contó. Me engañaron otra vez, me dije. ¿Otra vez?
No entendí el bodrio por el cual habíamos pagado para ver. Me entretuve mirando el letrerito de “salida” que señalaba la puerta de emergencia. Me pregunto si mi vida es como esa sala de cine, donde pasan casi siempre películas malas. Me pregunto si cruzar la puerta de emergencia será suficiente para ir a otra vida, donde no tenga que preguntarme nada.
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