Algunos tenemos demasiada mala suerte. Después de salir casi dos siglos sin más compañía que mi sombra he conocido a Silvana. Alta, patilarga, bonitos ojos y amante de la noche. Salíamos bastante seguido, pero siempre la he notado preocupada. Por fin me animo a preguntar qué diablos tenía, y me soltó la frase que nadie quiere escuchar: estoy confundida.

Comenzaron los problemas, pensé cuando me contaba que su ex a quien llamaremos Juanito Dos palotes la seguía llamando. En ese momento, y según yo habían dos opciones: a) poner cara de galán de novela paraguaya y decir, está bien doncella mía, me alejaré hasta que tu mente se aclare o b) carajo por fin una oportunidad para ver si el gimnasio sirve de algo.

Para impresionar planeaba poner cara de malo decir, que cojudo es ese huevón, lo voy a matar si te sigue jodiendo, carajo, todo eso estaba pensando cuando de pronto el nombre Juanito de los palotes rebotó en un lugar de mi memoria: yo lo conozco. Ya no me dan ganas de mecharme con él. Sobre todo cuando me había mandado amenazar con mi Silvana

Nunca he mechado. No se mechar, no se planchar, no se cocinar, y a menudo no sé qué estoy diciendo. Mi talento es con las palabras o con ideas, pero no creo que Juanito quiera jugar ajedrez conmigo. Una vez lo vi despedazar a una pata y lo hubiera podido hacer con una mano mientras que con la otra resuelve un crucigrama. Elaboré un plan para huir del ex de tu flaca. Quien quiera escuchar, que lea:

En primer lugar estamos en un país libre. Tenemos acceso de entrada y salida a cualquier huarique, bar, lunge (si se trata de ser huachafos) o cantina de mala muerte. Si te han amenazado, con frases de “macho cajacho” tipo “dile a ese huevon que no se aparezca por acá” no tiene sentido que tengas miedo, la Constitución te ampara.

Ya si tenemos en cuenta que fuiste al mismo lugar que irá el baboso del ex se recomienda comprar cerveza, de preferencia en jarra para, en caso de emergencia usar la jarra como arma de defensa. Si es que no hay plata para comprar una jarra de cerveza, buenas son las botellas individuales que sirven como arma también pero su efectividad, obviamente es menor.

Una cosa importante es no compartir el mismo espacio que el supuesto agresor en cuestión, no hay que exponerse por las puras, si no hay alternativa se pueden usar estas variables de defensa a) bailar de espaldas a la pareja; b) bailar agachado, c) escuchar el concierto desde la puerta d) colocarse la capucha de la casaca, o, si es que hay un pasamontañas pues mejor.