Como detectar una choteada

Posted by luis | Posted in | Posted on 5:42:00 p. m.

1




Por: Luis Alberto Padilla Malca (aire_1975@yahoo.com)

Es realmente feo llegar al fin de semana y no tener con quien salir. Es más feo llegar al fin de semana y que nadie quiera salir contigo. Algunos nos escudamos en el trabajo, que según nosotros se ha acumulado, para que el monitor sea la única compañía el sábado por la noche. La verdad es que no hay con quien salir, o lo que es peor, nos han choteado. menos más que me he vuelto experto en detectar choteadas.




Aquí pongo algunos tips, o señales, como se diría, que espero, nos ayude a desengañarnos rápidamente, a convencernos, por fin, que nos ha choteado quizá eternamente. Si parecen consejos, no los sigas. Me parece, que son como vacunas, no antídotos. Pueden calmar, pero no curar, el segundo dolor más difícil de soportar, aparte del dolor de muelas. El amor no correspondido.

Caso Uno: Ha dudado antes de darte su teléfono. Entérate de una vez “choche”, ese segundo con dos milésimas de silencio que ha pasado entre tu cara de sonso pidiendo un número y su respuesta, ha servido para preguntarse a sí misma si mejor te daba un número falso o no darte ningún número o decirte de una buena vez que no quiere salir contigo. Le voy a dar el número ha dicho, total no le voy a contestar.

Caso Dos, Este es un mensaje de Claro: Claro que no quiero salir contigo. Tuuuuuuuuuuu tuuuuuuuuuuuuuuu suena eternamente el teléfono, y tú todo atento dejas mensaje deseando que estés bien, debes estar dormida, te llamo el domingo para ir al cine. Y el domingo, y el martes, que te dijo que no tenía clase, y el viernes que hay ciclo de cine independiente siempre la misma respuesta: tuuuuuuuuuuuuu tuuuuuuuu.

Caso Tres. Pretextos, vendo pretextos a cinco “lucas” el ciento: A ciegas te digo lo que va a pasar: Te va a decir que estaba cansada. Sí, estaba cansada de bailar, mientras dormías onanistamente, con un pata más pintón que tú. O te va a decir que su teléfono estaba en vibrador. Mentira, tengo dos hermanas y ninguna usa el teléfono en vibrador en la cartera. Dirá que estaba enferma, quiso decir que tu presencia la enferma

Caso Cuatro. El trabajo, el trabajo. Disculpa he estado ocupada, no sabes he tenido bastantes pendientes (dice pendientes, para no explicar que diablos tuvo que hacer). Pucha con decirte que no he atendido a nadie, he tenido 50 llamadas perdidas. Se tardó menos tiempo en devolver las 49 llamadas restantes, que en armarte ese pretexto para que no jodas más. Las mujeres se desesperan cuando tienen llamadas perdidas.

Caso cinco. No le creas, no le creas. Por que así quiso la suerte, por que así quiso el destino, te la encuentras en una parrillada sabatina. Te acercas cortésmente, ella mira a todos lados tratando de escapar, pero es tarde. Saludas sin mucho entusiasmo, habla sin mirarte. Dice que ha estado ocupada. Mejor te despides, mejor así.

Te emborrachas, regresas a casa escupiendo tu tristeza. Te has dado cuenta (¡por fin!) que no quiere salir contigo, piensas que no queda otra que ir al lugar de siempre y beber en soledad el típico litro de cerveza. En el bar, la bulla no es tanta para no dejarte escuchar a Cerati que dice que son las doce y no te puedo llamar, desespero. Es mejor decir A Dios e intentar mañana. Tu ya estas ebrio. Fin. Lunes otra vez, muy pronto.

EX Men

Posted by luis | Posted in | Posted on 8:02:00 p. m.

0


¿Cuántas noches más me tendré que acostumbrar a extrañarte? Te pregunto y me pregunto sin respuesta. Pasarán años hasta que pueda olvidar como se desatan los extraños nudos de color azul que le hacías al tiempo cuando estaba contigo. El día parecía tener minutos de sobra cuando se trataba de mirarte. Y mírame ahora, tan vacío de todo, tan dueño de nada.







No hay forma de llegar a la habitación, antes “nuestro”, ahora “mi” cuarto, sin tropezar con tu recuerdo. La ropa tirada, cajetillas de marlboro light formando cuadrados imaginarios en el suelo, y toda suerte de mensajes que recuerdan que te has ido. Ya no hay recuerdos nuestros, hay recuerdos míos que me llevan, a toda velocidad y sin frenos, hasta ti.




En la calle es lo mismo, mi vida está llena de “ex” desde que te fuiste. Ahora hablo de “ex” lugares, “ex” canciones, “ex” aniversarios, “ex” caminos, “ex” amigos en común, “ex” peleas, “ex” reconciliaciones, “ex” vida, y obviamente, están los “ex” regalos que nos dimos mutuamente. Regalos que ahora recojo en una caja de cartón para devolvértelos como pediste.




Que manía la suya con eso de pedirnos de vuelta los regalos que nos dan. ¿Para que los quieres? ¿Te vas a conseguir otro enamorado con el mismo nombre?¿los vas a vender en la “cachina”? no me interesan tus regalos, aunque me hubiera gustado quedarme con el CD de Moby, pero tendría que marcarlo con una X y el lapicero de color rojo con que lo hago, ya se acabó.




He marcado con una “X” los rincones de la casa que me recuerdan a ti. Ahora las paredes son una suerte de mapa del tesoro. Es curioso, la “X” siempre ha representado la incógnita de una ecuación. En la ecuación que ahora es mi suerte, La x significa el día exacto en que te olvidaré. Además la “X” se pronuncia “ex” en inglés.






Acepté que te fueras, luego pensé que sería mejor si soy yo el que se va. Han pasado ya los cinco días que pedí para desalojar totalmente el departamento, he desperdiciado los minutos libres tratando de no pensar en nada, que es lo que hago a menudo para pensar en ti y olvidarme que tenía fe en que volvieras. No vas a volver, lo sé. Me enteré de tu viaje cuando llamaron de la línea aérea para confirmar la salida.

Te irás mañana sin despedirte. Irás a México después, imagino, de recoger alguna de tus cosas que aún quedan en la habitación y de tirar, imagino otra vez, nuestras “ex” cosas a la basura. Para que otro uso pueden servir objetos que ninguno de los dos quiere usar. La basura es el mejor lugar para lo que queremos olvidar sin remordimientos.

El claxon del taxi recuerda la hora de partir. Todo nuestras “ex” cosas ya están empacadas, como pediste. Mientras cierro, para siempre, “nuestra puerta” pienso que hubiera sido bueno acompañarte a México. Pensándolo mejor, sería bueno que llegases al departamento a tiempo para rescatar tu pasaporte de la chimenea que dejé encendida.

Treinta y Dos

Posted by luis | Posted in | Posted on 5:39:00 p. m.

0




Oye, el martes cumples treinta y dos años, deberías pensarlo mejor y no cancelar la parrillada, me dice Noel. El viernes anterior pasaba sin novedad ni sentido. Ganas de hacer mucho, no tenía. La parrillada venía planeándola hace tiempo. La lista de invitados estaba archivada en mi computadora, meses atrás, sin embargo toda celebración parecía del mal gusto cuando más cerca estaba el fin de semana.

Iba a ser el Viernes, Iba a poner mi disco de los guns and roses, covereados en bossa nova, planeaba beber unos diez o quince vasos de vodka y jugo de naranja, tal vez fumar algunos cigarrillos, y hablar alguna que otra con sentido. ¿Celebrar? Celebrar exactamente qué, le pregunté a Noel, desparramando mi desgano por el departamento. Nada, absolutamente, nada ha cambiado demasiado en todo este tiempo.



Y por, decir algo, en mi vida tampoco han cambiado muchas cosas. Tal vez han cambiado sí, al darme cuenta que la inseguridad se ha convertido en la bandera de mi personalidad, que no puedo hablar en serio, que intento ser gracioso para agradar, pero el resultado es absolutamente el contrario. Puede ser que por algún designio del destino eso haya cambiado, que después de tres décadas, me haya dado cuenta.

Tampoco ha cambiado, el que comience a escribir algo con una idea definida y el resultado final, sea un texto completamente distinto al que pensé. A veces dió resultado, otras no tanto. Cambiaré, sí, el desgano que me agobia los fines de semana, cuando no tengo nada que compartir, y dejo páginas en blanco que luego me visitan en remordimiento a medianoche.

Lunes. Noche anterior a mi cumpleaños número 32. No tenía nada que hacer, nunca tengo nada que hacer. Pero algo cambió. Me animé a salir con alguien que, al igual que yo, tiene algunos fantasmas difíciles de combatir. La idea era hacer realidad una vieja fantasía que tengo desde tiempo atrás. Meternos en un cine y dejar que el día de mi cumpleaños llegue sin que me entere.

Pero quiso salir conmigo, tenía poco dinero, yo, quiero decir. Pero igual cenamos. Al poco rato me di cuenta que llevaba la vela que mi mamá iba a poner en mi pastel de cumpleaños. Bebí el acostumbrado litro de cerveza, en el lugar que acostumbro a ir solo, para que me consideren interesante, sin resultado alguno. Pero esta vez sí los astros parecían confabular a mi favor.

Hable con Anabell, de sus fantasmas, de mis fantasmas. Un viejo fantasma apareció de nuevo en la conversación, y así pasé la noche. Mi super héroe favorito fue la primera en llamar. Faltan diez minutos, dije al contestar. Ya no estoy enojada contigo, feliz cumpleaños, respondió en una mezcla de alegría y humor sobre cargado.

El día que cumplí 32 años no tenía nada que hacer, revisé mi correo para enterarme mi fantasma personal no estaba interesada en saber nada de mi vida. A pesar de los años nada ha cambiado demasiado, sigo imaginando que la felicidad está lejos de acá, leí en una columna en Internet. Feliz cumpleaños, me dije sonriendo y caminé a casa dejando mi casilla de correo abierta.