decir adiós, sería tonto

Posted by luis | Posted in | Posted on 12:04:00 a. m.


Hasta hace un par de semanas, un peluche del Chavo del Ocho, era mi tesoro más preciado, me lo regaló K, y me acompaña a todos lados. Una amiga me preguntaba, qué creo que pensaría una chica si es que le contara, que duermo abrazado a un peluche. No sé, dije, pero le pediría que se anime a acompañarnos, o que al menos lo piense. Si es que no es mucha molestia, claro.

La entrada al teatro y Sin querer queriendo (las memorias de Chespirito), autografiado por él, son mis otros tesoros. Aunque la imagen del teatro cayendo en aplausos, cuando Chespirito entra en escena, es el mejor recuerdo que tengo del 12 de Julio pasado. Cuando uno lo ve actuar, la explicación del por qué su obra ha trascendido generación tras generación cae por si misma...

Mientras leo el libro por segunda vez, me imagino, a veces, al genio, sentado junto a mi en el escritorio, con la cara pegada al cuaderno donde apunto frases o momentos relevantes, y lo imagino preguntándome que qué hago, como lo hacía el Chavo con Don ramón, y en vez de empujarlo más allá, me animo a decirle las tres o cuatro cosas que no pude…

Hubiera sido genial don Roberto, si cantáramos juntos, Quiero ver otra vez tus ojitos de noche serena, como en las clases de guitarra que daba Don ramón, pero esta vez le fuéramos a cantar a la niña de labios bonitos que me visita el pensamiento cada fin de semana, pero ni me mira, y derrotado no me queda más que aprenderme de memoria y por orden alfabético, el nombre de los rizos de su cabello, cuando me siento detrás suyo.

Gritaría un gol de tu América querido, si es que se amiga usted con Quico y con La Chilindrina. Por qué pelean, por qué nos hacen esto, si la vida es tan corta como para gastarla en vanidades y odios. Dense un abrazo y siéntense alrededor de una taza de café, a mirar con una sonrisa, o lágrima si es que quieren, el reino de felicidad que construyeron alrededor de la vecindad, anden, digan que sí, no sean cobardes.

Voy a contarte un secreto, amigo Roberto, pero no vayas a andar de rajón por ahí. Sí lloré, cuando saliste a escena y el teatro se caía en aplausos, no pude tomar tantas fotos cuando dabas las gracias, por que también estaba llorando, igual que K. aunque no lo quiera aceptar. Y grité, Que dios te bendiga, genio, pero no me escuchaste, pero me mentí que sí lo hiciste, y sentí mi corazón saltar felisisisisisisismo como tú dices.

¿Lloras alguna vez? Nunca te vi llorar, pero lloraste cuando murió tu perro Tarzán, mientras tus hermanos te tiraban codazos para que no digas que era tuyo por que murió de rabia. Lloraste en un homenaje que te hizo TELEVISA, cuando mencionaron a tu hermano Horacio, el recordado Godínez, que ya se fue al cielo. Y llorarás, dijiste, cuando termine la gira que significa tu adiós a los escenarios.

Te pregunto si lloras, por que te he confesado que he llorado más de una vez por tu culpa. Y lloro, no por que no sea machito, sino por que soy machito pero chillón, como tú. Mientras me regresaba en el bus de regreso, como dirías, me di cuenta entre amenaza de lagrimeo, que la despedida ya está cerca, y lo peor es que no encuentro las palabras exactas para agradecerte por los momentos felices que pasé en mi infancia a tu lado, chavo, chavito.

Y mientras contestas mis preguntas, en mi pensamiento, y el papel parece no tener fin, por que las despedidas nunca son tan largas para merecer tal nombre, como dice Saramago, como quien despide a un buen amigo, estrecho otra vez tu mano, mientras a la distancia y lleno de gratitud, cito una línea de tu canción Buenas noches vecindad. Decir adiós, sería tonto, un hasta pronto solo será. Muchas gracias, Roberto, de todo corazón, muchas gracias

Comments (5)

oh chespirito chespiritio yo quiero ir averloooo

Aquí en Argentina, El Chavo entretuvo y entretiene todavía (porque siguen pasando repeticiones hasta hoy) a generaciones, con humor sano e inteligente. Magnífico el recuerdo, y el modo de expresarlo mejor aún.

Un bes. Graciela

Me llegaron mucho tus palabras, no tanto por el recuerdo del personaje, sino porque son sentimientos tan universales que podrían aplicarse a cualquier ser con el que tuvieramos el mismo contacto. Hermoso. Te dejo un beso

che, volví porque me acordé que no pude comentar, leí lo que escribiste y casi casi lloro (no lloré de casualidad).

qué emoción terrible poder verlo!

aquí hasta le hicieron un himno.

un abrazo, che.

Noé, la manera de narrar tus seudoexperiencias no sólo entretienen, también nos identifican contigo.
Gracias.