Noche de cable roto
Posted by luis | Posted in historias | Posted on 7:27:00 p. m.

El primer test vocacional de mi vida arrojó que era más o menos bueno para las ciencias, mediano para las letras, casi igual para los números algo creativo y apto para estudiar periodismo. Aún confundido descubrí que era bueno para las historias pues mi vieja me creía todo lo que le inventaba respecto a mis notas cuando estudiaba agronomía. Sí, me metí a estudiar Agronomía. Nadie me asesoró en ese tiempo.
Nunca pude entender por que siempre me lastimaba las manos cuando arreglaba las llantas del carro. Inútil de mierda gritaba el viejo, pero era en vano. Cambiar una llanta siempre ha sido para mi, como ir de safari con un tenedor. Las manos ensangrentadas, los nudillos para ser exactos y la llanta floja...
Cuando abandoné Agronomía a mitad de carrera, mi viejo consideró que era mejor si hacíamos de vuelta el examen vocacional ese. Y fue donde Dinorah Maglione, una sicóloga nicaragüense la encargada de hacerme dibujar palitos, letritas, y demás huevaditas, al mismo tiempo de encargarse de mi terapia.
Lloré, fumé y bebí a gusto con ella. Desenterré mis lados más oscuros. Hablé, dije que odiaba a todo el mundo y descubrí por fin, por qué siempre me sangraban las manos cuando intentaba cambiar la llanta del carro. El examen vocacional no mentía. Era absolutamente negado para las artes manuales.
Entendamos artes manuales lo relacionado con la construcción de algo, ordenar algo, armar algo, etc. Ahora lo reafirmé cuando intenté mejorar la señal del cable que en mi televisor es pésima. Armé, desarmé, cambié, reemplacé y nada. La maldita señal seguía como si cayera una tormenta dentro del televisor.
María, la chica que nos ayuda en la casa, miraba interesadísima como según yo arreglaba algo. Mejor déjelo joven decía. Después de un rato de ayudar diciendo si la señal se mejoraba o malograba me abandonó a mi suerte y se puso a lavar el servicio. Y yo terco como siempre entraba y salía de la casa para comprar repuestos.
NO sirvió de nada, la señal no mejoró mis manos se ampollaron y gasté en vano en otra cajita para tratar de arreglar lo inservible. Maldito cable. Iré en venganza con Zoila a tomar algo en el Gruta 100. antro que nos recibe casi todas las noches.
y tú estimado lector que nos acompañas ¿puedes arreglar algo o eres negadito para la mecánica como yo?

aunque nunca me hice un test vocacional, creo que mis padres sabían que era malo para las manualidades (en el buen sentido de la palabra) y me apoyaron en la decisión de postular a una carrera donde me pueda defender con mis ideas. Tanto como ya no dejarme cambiar los focos de los baños de mi casa que basta con 2 veces en las que volé los fusibles