El hombre de los mil problemas
Posted by luis | Posted in | Posted on 11:04:00 a. m.
Por: Luis Padilla Malca (aire_1975@yahoo.com).
Es sincero con todos, pero no consigo mismo. Tiene problemas para relacionarse con la gente, pero no puede estar solo. Piensa que sería preferible cortarse las venas, a quedarse en casa un sábado, cuando casi todo el mundo está en la discoteca, pero aún así no sale con nadie. Eso de proyectar una imagen de responsable, serio, trabajador y demáses se lo sabe de memoria. No sabe es cómo hacer para proyectar lo que se le reclama.
El hombre de los mil problemas, trabaja duro. Pasa todo el día, o casi todo, en la oficina. Cualquiera pensaría que tiene demasiadas cosas que hacer, pero la realidad no tiene a donde ir, y le da igual quedarse en la oficina haciendo nada, que salir a dar una vuelta recogiendo los pasos que ha dado ayer, pensando en volver, encender la computadora y meterse al chat.
Tiene un blog que actualiza cada semana y casi nadie ve. Escribe, escribe pensando en que algún día tendra la suerte suficiente como para que un editor que no tenga dos dedos de frente, lo invite a escribir un libro. Todo pagado, tú limitate a escribir. En dos años tenemos tu libro publicado en el país, participación en ferias de libro y buen billete para que hagas lo que quieras. Todo bien. Nomás falta que pase todo lo soñado.
Demasiados secretos para no contar. No confía en nadie, ni siquiera en sí mismo. Si se animaría a buscar un confidente, lo tendría que matar al día siguiente, nadie tiene que enterarse de nada, nadie debe. Busca ayuda en Internet, por que sabe que no le van a responder. Grita en silencio por ayuda que no llega, que no ha llegado y que no llegará nunca. A quien le importa.
La moneda le ha caído por el lado de la soledad, como a Calamaro. Estás pagando los erroes del pasado, le dijeron alguna vez. Quisiera saber hasta cuándo va a pagar, pero no hay respuesta a la vista, no hay a quien preguntarle. Ha pasado ya mucho tiempo desde que se enamoró por última vez, que no es lo mismo que decir, ha pasado mucho tiempo que no tiene enamorada. A quién le importa.
Sonríe cada vez que recuerda a Saramago diciendo que el hombre siempre quiere estar en un lugar diferente, y cuando está en ese lugar diferente, quiere regresar a donde ha estado. La sensación de estar sobrando donde vaya, no es extraña. En un inicio sí, pero ha aprendido a asimilarla como parte de su comportamiento. No es que no encaje en ningún sitio. No sabe cómo.
De qué sirve tener una colección respetable de películas independientes, de qué sirve tener la extraña capacidad para resolver crucigramas, o sudoku, de qué sirve leer un libro semanal, de qué sirve saber de memoria quien campeonó en la Copa Libertadores los últimos cinco años. De que sirve estar en apariencia tranquilo si no se tiene con quien compartir una aparente felicidad. Eso no es problema. Él sabe que no sirve de nada.
Es sincero con todos, pero no consigo mismo. Tiene problemas para relacionarse con la gente, pero no puede estar solo. Piensa que sería preferible cortarse las venas, a quedarse en casa un sábado, cuando casi todo el mundo está en la discoteca, pero aún así no sale con nadie. Eso de proyectar una imagen de responsable, serio, trabajador y demáses se lo sabe de memoria. No sabe es cómo hacer para proyectar lo que se le reclama.
El hombre de los mil problemas, trabaja duro. Pasa todo el día, o casi todo, en la oficina. Cualquiera pensaría que tiene demasiadas cosas que hacer, pero la realidad no tiene a donde ir, y le da igual quedarse en la oficina haciendo nada, que salir a dar una vuelta recogiendo los pasos que ha dado ayer, pensando en volver, encender la computadora y meterse al chat.
Tiene un blog que actualiza cada semana y casi nadie ve. Escribe, escribe pensando en que algún día tendra la suerte suficiente como para que un editor que no tenga dos dedos de frente, lo invite a escribir un libro. Todo pagado, tú limitate a escribir. En dos años tenemos tu libro publicado en el país, participación en ferias de libro y buen billete para que hagas lo que quieras. Todo bien. Nomás falta que pase todo lo soñado.
Demasiados secretos para no contar. No confía en nadie, ni siquiera en sí mismo. Si se animaría a buscar un confidente, lo tendría que matar al día siguiente, nadie tiene que enterarse de nada, nadie debe. Busca ayuda en Internet, por que sabe que no le van a responder. Grita en silencio por ayuda que no llega, que no ha llegado y que no llegará nunca. A quien le importa.
La moneda le ha caído por el lado de la soledad, como a Calamaro. Estás pagando los erroes del pasado, le dijeron alguna vez. Quisiera saber hasta cuándo va a pagar, pero no hay respuesta a la vista, no hay a quien preguntarle. Ha pasado ya mucho tiempo desde que se enamoró por última vez, que no es lo mismo que decir, ha pasado mucho tiempo que no tiene enamorada. A quién le importa.
Sonríe cada vez que recuerda a Saramago diciendo que el hombre siempre quiere estar en un lugar diferente, y cuando está en ese lugar diferente, quiere regresar a donde ha estado. La sensación de estar sobrando donde vaya, no es extraña. En un inicio sí, pero ha aprendido a asimilarla como parte de su comportamiento. No es que no encaje en ningún sitio. No sabe cómo.
De qué sirve tener una colección respetable de películas independientes, de qué sirve tener la extraña capacidad para resolver crucigramas, o sudoku, de qué sirve leer un libro semanal, de qué sirve saber de memoria quien campeonó en la Copa Libertadores los últimos cinco años. De que sirve estar en apariencia tranquilo si no se tiene con quien compartir una aparente felicidad. Eso no es problema. Él sabe que no sirve de nada.
Eres malísimo redactando. Tienees que ller más, aunque sea el chino o el trome.
Ller? Más sin tilde? Tienes? Gracias por el comentario.