las cosas buenas de la vida

Posted by luis | Posted in | Posted on 10:20:00 p. m.

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bendito soy, que más se puede pedir... que estés conmigo nada más...

Aquí escribes el resto del contenido que no se vera.

Todos (tus) miedos

Posted by luis | Posted in | Posted on 4:46:00 p. m.

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Laura bailaba feo. Era a propósito, para seguirme el paso en la discoteca. El mismo paso para todos los ritmos. La salsa, según yo, la bailaba bien, pero al lado de ella, me sentía una muy mala fotocopia de melcochita. Ella, reía como loca y me alentaba a seguir bailando. Ya no voy a discotecas, hace mucho el efecto ridículo, no se repite.

Si quieres ser escritor, entonces escribe. Siempre las mismas palabras. Subía al máximo el volumen del USB multiuso, para no escucharla renegar, por mi falta de agallas para dejar el trabajo y dedicarme a lo que más me gusta. Reemplazaba su voz por la de Alanis, para cubrir mi miedo y ensayar la letanía de siempre. Mi nombre es Luis García, vengo a ofrecerle un seguro de vida…


Nos separamos un tiempo. Viajar de ruta a Lima nunca fue, ni será, romántico, o divertido. Pero, necesitaba asegurarle que los veinte soles y cincuenta céntimos de siempre, alcanzarían para toda la semana. Lo importante era verla. Ver anochecer desde el mueble de su casa surcana, ver el amanecer desde su cama grandota (surcana). Salir en puntas de pie, para que sus viejos no nos escuchen. Así la conocí.

Mi nombre es Luis García, y vendo seguros. ¿Me vas a pagar el sueldo? reclamaba, ensayando frente al espejo. Se iba de la habitación, su habitación. Tanto talento para nada, cuando acabes de hacer el tonto, cierras. No estaba tan segura de aceptar que me quede esa noche. Solo en el departamento, me sentía como un pececito en una pecera enorme, como parte insignificante de su vida.

Regresaba a las dos horas, muerta de risa, con un Lucky en los labios y dos o tres botellas de vino encima. Nunca supe donde iba. No tenía el mínimo afán de saberlo. Lee algo tuyo decía, y se quedaba dormida con el ritmo de mi voz, en su enorme sofá inflable. Nos va a ir mejor, vas a ver flaco, en un par de años, nos llenamos de plata, publicas cuantos libros quieras y nos largamos de aquí, decía entre sueños.

Siempre tuve miedo, ella lo planeó todo. En la chamba ni se iban a dar cuenta. Era buena para las matemáticas, entonces no habría problemas con las cantidades, las sumas en sus manos siempre salían lógicas. Lo del viaje, saldría después, por defecto. Nadie se iba a dar cuenta, repetía las sumas hasta cansarse, incluso en las etiquetas de cerveza barata que tomábamos hasta el amanecer. Nade se va a dar cuenta ¿Te animas?

No era difícil animarse, con su personalidad las respuestas de quien sea, siempre eran SÍ. Amándola como se merecía, había que estar loco, ciego, o extremadamente desequilibrado como para no seguirla a donde sea. No seas maricón, gritaba siempre que había que arriesgarse a algo y concienzudo como siempre, le decía tímidamente, que ya, que se iban a dar cuenta, que era suficiente. Qué podía perder, respondía.

Se llamaba Laura solamente hasta el fin de esta historia. Su nombre no es Laura, hay que proteger las identidades. Aquí su nombre es Laura, digo, y anoche soñé con ella. En el extranjero, su nombre no es Laura y está embarazada de alguien que no soy yo. Con el tiempo, y lejos de mi, será feliz. En poco tiempo, no alcanzaré a ser, para ella, ni siquiera un mal recuerdo. Me olvidará en un par de meses,tres con suerte, mientras que yo aquí, sigo rodando. Rodando.

Pongo aquí el video de Unsexy de Alanis, ese lo usaba para olvidarme de tu voz, nunca funcionó




Todas (tus) Frustraciones

Posted by luis | Posted in | Posted on 11:26:00 p. m.

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En vano hiciste tanto número, imaginando tantos finales para una noche de fin previsible. Mejor terminar como el ridículo que entrega una rosa a quien no conoce, que ser recordado como quien promete una rosa y no aparece. El beso nunca te lo iba a dar. Te gusta quien te tiene que gustar, mientras que mi vida es un barco de papel avanzando hacia una catarata. ¿Ya ves? Soy un afanador frustrado.

Te emocionaste tanto, que casi te orinas en el bus. ¿Tocar para una banda? Bueno, tocar no tanto, hacer la acústica para una grabación de estudio, ¿Tú? Sí, tú que no eras ni siquiera la mitad de bueno tocando, como el promedio, pero era una emergencia. El grupo toca pasado mañana, y en una semana grababan. Si no te sabías las canciones las ensayabas, total tenías una semana. ¿Aceptas, o no? Tú que crees...


Nunca grabaste, cuando tocabas, la banda se convertía en la orquesta del Chavo del Ocho. No te volvieron a llamar. Te armaste de valor, y fuiste de frente a preguntar, aunque sabías la respuesta. No te necesitaban. El e-mail fue puro trámite, para que no te sientas mal. Cuñao, igual tenemos tu teléfono, cualquier cosa te llamamos. ¿Ya ves? Soy un guitarrista frustrado.

No te tiraron monedas, te dieron una. No sé que jugador peruano, del 70, contó una vez que le cayó una moneda en el cuello antes de un partido de eliminatoria. Ahora hago un gol, dijo. Te la dieron para que llegues temprano a tu partido debut. Ahora haces un gol, dijo tu vieja, que de fútbol, obviamente, no sabía nada. Y, así como tu vieja, nadie sabía cómo habías llegado al equipo del barrio.

Tanta emoción (de parte de la vieja, claro) para nada. Te asustaste, cuando llegaste a sus patéticas clases de música, pensabas que de repente no eras necesario en el equipo, total ni amigos tenías ahí. Gastaste la moneda para el taxi en gaseosa y pan, para ti y para tu primo. No había manera de llegar temprano, igual el partido nunca se jugó y no tuviste que estrenar tu excusa nueva. ¿Ya ves? Eres un futbolista frustrado.

La vieja siempre se reía de los dibujos. Al comienzo era gracioso, pero cuando uno va creciendo, ya no es divertido. En la academia de dibujo, lo mismo. No miraba a los profesores para no avergonzarlos en su intento de no reírse. Por eso odio los programas de diseño gráfico. En realidad ni siquiera pudo diseñar mi propia vida, me rindo. ¿Ya ves? Soy un dibujante frustrado.

Siempre un e-mail, dos en realidad. Uno en su cumpleaños, otro en navidad o año nuevo. Siempre la misma línea al final, Stay mad fer it, como en los buenos tiempos. Tanto tiempo buscándola, sorteando los pretextos seudo infantiles de sus viejos, tanto tiempo que ya ni se siente la distancia de los días. Tanto tiempo, que ni se siente el mismo dolor cuando no responde.

No responderá. Qué sentido tiene entonces seguir reclamando los diez minutos que te debe la vida. El tiempo, cuando hay amor propio, lo borra todo, dice Cecilia Zero, y ni siquiera, puedes ahora, pedir que te recuerde, como si no hubieras hecho nada. Condenado estás, Noel, al olvido. ¿Ya ves? ¿Ya ves? Eres un recuerdo frustrado.

Este es un vídeo de Slash borracho tratando de tocar algo. así tocaba yo, pero sano.

Patricia

Posted by luis | Posted in | Posted on 8:07:00 p. m.

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Se llamaba Patricia y cantaba como los dioses. Ése era una de sus virtudes. La otra era dejarme estúpido y con la mente en blanco cada vez que se ponía frente a mí. Sonreía de la forma más irónica que podía cada vez que la invitaba a salir. Se reía de mis estratégias avejentadas en la rutina, luego acariciaba mi rostro y diciendo bye desaparecía detrás de su puerta.

Se llamaba Patricia y era endemoniadamente bella. Nunca pude imitar su estido achorado-desahuevado de ver la vida. Para mi solamente importa el momento, para mi también, respondía, tratando de aparentar lo que no soy. Al rato miraba mi reloj, Tengo que estudiar. Y todo mi espíritu de ¿calle? se esfumaba ante el estúpido temor de reprobar un curso. ¿Ella?, ella se quedaba en la disco, sola

Se llamaba Patricia y siempre tenía dinero ajeno en los bolsillos. Cuando me falta algo, consigo un enamorado que me lo compre. ¿Quieres salir conmigo?, saca plata pues. Prometí, más de una vez, ahorrar cada centavo, cada peseta, cada moneda de 10 céntimos para salir con ella, pero mis ganas de comprar todos los libros del planeta, me derrotaron.

¿Si salió conmigo? Sí, salió dos veces. La primera pasó el rato reprochándome que fuera un hijito de papá, como decía ella. Después de insultarme a su gusto y arrastrar mi ego por el suelo enfangado de Trujillo, me besó en los labios, así como quien no quiere la cosa, y me pidió que la ayude con su tarea de computación. Ya pues, tú sabes bastante de ello. Acepté.

Si bien es cierto que el amor te vuelve estúpido, los problemas aparecen cuando ya eres estúpido y encima te enamoras. Patricia (le decían “Putricia” de cariño) llegaba a mi casa, prendía la PC, almorzaba sin invitación, tocaba mi guitarra, me gritaba y se iba. ¿Por qué no le decía nada?, por que no podía ni hablar cuando estaba cerca.

Si habría Olimpiadas de la manipulación ella se llevaba el oro, suavecito, sin arrugar su uniforme. Sería normal, verla ahí, paradita en el podio con cinco mil medallas, el estadio rindiéndose ante su cabellera rubia (pintada pero bien cuidada), y ella ahí, linda tratando de planear una estratégia para sacarle plata a su entrenador, yo. La segunda vez (que salí con ella), fue la única vez que la vi llorar.

Quizá fue la emoción de aprobar el examen de computación, y puta, Lucho, me has prestado tu máquina y hay que celebrar. Celebramos, con bastante vodka y jugo de naranja en mi casa, pero no lloraba por éso. Lloraba por que, según ella, estaba abriendo su corazón.

Hablamos por primera vez. Contó de sus planes de fuga, de sus sueños cantar en una banda, de cómo se sentía sola, de su falta de billete. No llores, alcancé a decir. Me abrazó y terminamos con los corazones enredados y como dice la canción desnudos al amanecer nos sorprendió la luna

Las lágrimas son fáciles de fingir. Mis palabras nunca significaron nada para ella, ni para nadie. Quisiera no decir que nunca la volví a ver, y definitivamente no vale contar que cuando desperté, quise morir. No podía encontrar mi billetera, ni mi arito de plata de la suerte, ni mis lágrimas, ni mi vida. Se llamaba Patricia, y la odio.

Mar adentro

Posted by luis | Posted in | Posted on 4:53:00 p. m.

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Este es un poema de Ramón San Pedro. he visto hace diez minutos "Mar adentro", el increíble homenaje que le hace Alejandro Amenabar al buen Ramón y su causa. Me conmoví como siempre y recordé, como nunca, que una vez regalé este poema. No estaría bien decir si la persona a quien se lo regalé se lo merecía o no. Pero una que otra circunstancia me ayudó para comprender que hay que saber a quién se regalan las cosas y que tener los pies en la tierra no mata a nadie. Lo coloco, previo al post llamado Todas mis frustraciones, que vendrá luego.

Mar adentro (Ramón San Pedro).

Mar adentro, mar adentro.
Y en la ingravidez del fondo
donde se cumplen los sueños
se juntan dos voluntades
para cumplir un deseo.

Un beso enciende la vida
con un relámpago y un trueno
y en una metamorfosis
mi cuerpo no es ya mi cuerpo,
es como penetrar al centro del universo.

El abrazo más pueril
y el más puro de los besos
hasta vernos reducidos
en un único deseo.

Tu mirada y mi mirada
como un eco repitiendo, sin palabras
"más adentro", "más adentro"
hasta el más allá del todo
por la sangre y por los huesos.

Pero me despierto siempre
y siempre quiero estar muerto,
para seguir con mi boca
enredada en tus cabellos

Fotocopia

Posted by luis | Posted in | Posted on 1:17:00 p. m.

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Y tú que quieres que sea, niño o niña, me preguntó mi viejo. Bueno, quisiera que sea niño, para jugar, dije. Fue niña, mi papá llamó a la casa para darnos la noticia, almorcé como pude y fui al hospital. Y es así como Karina apareció en mi mundo, acostadita en un Moisés de lona. Hola, yo soy tu hermano, el rebelde, fue lo primero que dije, mientras miraba admirado que todo su cabello estaba parado.

A lo largo de mi vida, los mejores recuerdos que tengo tienen siempre su presencia, como un sello inolvidable. Como cuando volví de Lima, con mucha pena y sin ninguna gloria. Sus dos o tres años, le alcanzaron para recibirme en la puerta de mi casa y darme la mejor bienvenida que hasta ahora me han dado. Me abrazó y dijo ¿Vamosh Casha? (¿vamos a la casa?) Que más podía pedir…

A veces abusé de esta amistad, cuando me enojaba con ella, la amenazaba con volver a Lima, o quitarle algún regalo, y ella lloraba inconsolable. Tenía que decirle entonces que era broma, que nunca más me iba a ir, que la iba a cuidar. Quien diría que, iba a ser ella quien terminaría cuidándome. Si de algo estoy seguro, es que no podría entender este mundo, si no es caminando tomado de su mano.

Hicimos millones de travesuras juntos. Creamos una nueva Karina en una ficha del jardín, que hicimos de nuevo por que habíamos escrito que su pelo era castaño y muy largo, y sus ojos eran marrones. Fui su estricto entrenador para una durísima carrera de triciclos, además de ser fotógrafo, camarógrafo y editor oficial de cada una de sus presentaciones artísticas en el jardín 55, por que ella actuaba en todas, eso sí.

Estás en problemas Luis, te voy a acusar con la mamá, amenazaba siempre que el yogurt de su lonchera, desaparecía en mis manos, pero nunca me acusaba. Éramos tan buenos “socios” como decíamos, que me perdonaba y luego jugábamos cualquier cosa hasta que, cansada, se dormía con una canción de Cramberries, que le gustaba mucho, y que repetíamos una y otra vez en mi grabadora vieja.

Pasó el tiempo, y el destino nos ha separado más de una vez. Se fue a estudiar lejos. Me fui a estudiar lejos. Me perdí de algunos años de su adolescencia, pero pese a todo, se convirtió en el centro de mi vida, aunque a veces, y sobre todo conmigo, reniegue más de lo acostumbrado. Siempre he dicho que soy uno de los pocos que tengo dos mamás. Mi mamá verdadera y Karina.

Por eso esto que escribo se llama Fotocopia, por que, si no es mi vieja, es Karina quien está detrás de mío, viendo con que ropa me visto, con que chica salgo, si hago bien mi trabajo, si ya tengo más amigos que los de siempre. La niña que antes se sabía de memoria las barras de Alianza Lima, reniega, ríe y filosofa con mis problemas. Luego de hablar con ella, siento que puedo salir a llevarme el mundo por delante.

Cuando los hermanos son pequeños, lo ven a uno como una especie de héroe. Con el tiempo la admiración desaparece y el cuestionamiento, aparece. Quedan los recuerdos que me hacen sonreír. Karina guardando mis secretos, Karina bailando negroide con mis amigos, Karina preguntando el teléfono de alguna chica que me gustaba. Karina diciendo, no estés triste Luisito, vamos a jugar.

El recuerdo que más atesoro es este: Tienes que estudiar harto, para que no seas como yo, que no puedo ingresar a la universidad, le dije. No, dijo, cuando sea grande, quiero ser como tú. Eso fue lo más bonito que me han dicho, pero fue la primera vez que se equivocó. Cuanto más pasa el tiempo, soy yo quien quiero parecerme a ella.

Inserto aquí un poquito de la canción de cramberries. Canción homenaje, hay que esperar un ratito




Ser alguien

Posted by luis | Posted in | Posted on 10:59:00 p. m.

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Soportar seis horas de viaje todos los fines de semana. Casi nada en la mochila casi nada en los bolsillos. Planeo, semidormido, historias que no recuerdo despierto. El dolor en la rodilla que avisa de algo malo, nunca hago caso. Mientras en taxi desfila en sentido contrario al millón de luces, preparo el sencillo para pagar.

¿Qué es lo que me impulsa a tragarme un viaje “a la antigüita”, en un bus que nunca tiene ni tendrá terramoza, ni comida, ni baño y, me atrevo a pensar que si fuera por el administrador, tampoco habría ni chofer? Ahorro es progreso, además si el terminal queda a la vuelta de mi casa, ¿por qué voy a pagar de más? La próxima semana viajo en Linea, digo. Sí, claro. Sí como no, como diría Wendy.

¿Qué es lo que detiene mi sana intención de patear -hasta que mi pierna no pueda más- la puerta del chofer para avisarle que hace dos horas la película pirata doblada al español, con todos los –oshtias, cojonesh, gilipollash del mundo- se ha quedado congelada y nadie de su “tripulación” se ha dado cuenta?. El sueño, el aburrimiento, la certeza que nadie me hará caso, vaya usted a saber.

¿Aprenderé a hablar como español gracias a los viajes que hago según yo, para ordenar mi vida? ¿Hay un acuerdo en todas las líneas de transporte para poner películas malas? Dentro de todo hay algo bueno. Si es que viajas un viernes, y la película es malísima. No te preocupes, el domingo te tocará el mismo bus y ¡Oh! La misma película. Si te pareció lamentable la primera vez, quizá la segunda haya más suerte.

¿Está permitido tirarse todos los pedos que quieras sin importar que tu compañero de viaje quede al borde del colapso respiratorio? Eso pensaba mi compañero. Si sabes que vas a viajar, ¿Para qué diablos vas a una frejolada, comes de todo y encima para asentarla te tomas una chela helada? El tarado compañero mío nunca me contestó. Se hizo el dormido al son de sus flatulencias nomás. Si no te gusta, cámbiate de asiento

Miro el reloj cada media hora. Me he subido en un bus o colectivo. Suben cien personas “de ruta”, todas sin bañar, para qué te vas a bañar, si igual sudas en el viaje. Me han pisado 1245626 veces, no me importa, la rodilla lesionada late a mil, tengo que estirarla. Me duele pues. Qué voy a hacer.

Siempre que llego. Intento recuperar algo del pasado, pero sus protagonistas, tienen ahora vida nueva. Quizá podamos hacer algo la próxima semana, casi suplico a K, mi mejor amiga, en esos tiempos, mientras ella mira hacia otro lado buscando una razón para decir no.

Debiste estudiar antes, cuando eras más joven, dice la vieja. A mis casi veinte y trece, no me siento viejo. Sigo cometiendo los mismos errores. Entonces lo de la edad, no importa, además como dice la canción, No hay que llegar primero, sino hay que saber llegar, respondo alzando como bandera mi pretexto favorito para casi todo. Solamente que, por estos días, y mientras sobo la rodilla súper poderosa ni yo me la creo

Tienes la oportunidad de ser alguien, suena la voz en mis sueños. La ducha helada ayuda a despertar. Aquí, mi voz suena respetada, me gusta lo que estoy estudiando. Tengo la oportunidad de ser alguien, por eso aguanto todo. Esta vez, no la desperdiciaré

Una vez no basta

Posted by luis | Posted in | Posted on 10:20:00 p. m.

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Cuando eres adolescente, piensas que el alcohol es símbolo de madurez. Hombría y pendejada. Más famoso eres, cuando más borracho eres. Todo el mundo quiere hablar contigo cuando estás borracho y es de madrugada. Especialmente la chica que te gusta y a sus catorce años, no es capaz, aún de diferenciar una voz aguardientosa de una enamorada.

Cuando una vez no basta, y mucho menos dos, tienes carta libre para emborracharte, como lo hice yo. Mi primera borrachera fue en la celebración del cumpleaños número 26 del que entonces era mi tío favorito. Hasta ahora lo es. La ropa vomitada, el dolor de la resaca, la culpa rodeándote, el primer No tomo más. Todo hacía suponer que el alcohol no era para mí. Y no tuve mejor idea que celebrarlo emborrachándome denuevo


Me hubiera dado cuenta antes. Las chicas no quieren decir SI cuando dicen NO, quieren decir NO casi todo el tiempo, lo que no quita mi predisposición para viajar catorce horas con tal de aceptar un te quiero no correspondido. “D” me explicó casi con dibujitos, entre cerveza y fiesta que no era buena para mí. Y yo, como dice la canción, tratando de encontrar mentiras para retenerte, para estar contigo.

Pero como una vez no basta, y mucho menos dos. Le he saque lustre a mi talento para estar donde no me invitan. Llamé, escribí, pateé, siempre por teléfono, nunca en persona, por una luz al final del túnel. Al menos un fósforo encendido. La harté y se alejó de mí. Igual le dediqué un par de líneas en un trabajo de investigación y, en la graduación. Ella está casada. ¿Y yo? Como dice la canción. Rodando.

Tienes la capacidad de ser quien quieras. Aquí nadie te conoce. Soltó al aire, cual sabia enseñanza de chica que los sabe todo, Juanita Castaña, la que supuestamente iba a supervisar mi segunda oportunidad académica. Había dejado trunca, la primera. Así que estar allá, donde hay playa y buenas librerías era un riesgo para todos. Tenía la oportunidad de ser alguien.

¿Ser alguien? No. Me era más cómodo ser yo mismo. Regresó la confusión, y a no tener personalidad, siempre es bueno actuar como alguien totalmente distinto a uno mismo. Fui conversador, y nunca dije nada. Coqueteé con quien me dio la oportunidad, dije chistes malos, hice gala de mi capacidad para decir mentiras, mentí sobre yo mismo, me mentí a mi mismo. No pude ser alguien. Fui una mala copia de quien quería ser.

Y aunque fallar una vez puede parecer suficiente. Hay que comprobar en que se ha fallado, no era cuestión de comprobar. El incomparable dolor de regresar a casa con una multitud cruzando a través tuyo como si fueras un fantasma, es igual en todos lados, casi lo mismo que el remordimiento que todavía ataca (¿para qué?) cuando hay una promesa sin cumplir.

El lugar de la confusión, no lo es más. Regreso hace dos fines de semana, por un tema de estudios. Alanis me acompaña desde el USB multiuso, cuando camino y de vez en cuando, regresa sin avisar, algún recuerdo que, como dice Fuguet, es mejor saludar como a un familiar lejano. Toco el timbre de mi antigua casa. Pregunto por mí. Nadie da razón. El humo del Lucky que acabo de encender, molesta un poquito. El pasaje es para las diez de la noche. Regreso a casa.

Empezar de nuevo

Posted by luis | Posted in | Posted on 10:14:00 p. m.

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Cambiar de nombre y comenzar de nuevo. Esa es la solución, un nombre nuevo que me traiga suerte. Noel, por ejemplo, como tú. Saúl por ejemplo, como el hombre bueno. El nombre verdadero de Slash es Saúl Hudson. Un nombre que me de la suerte y el respeto que tienen esos dos. Cambiar de nombre y empezar de nuevo.

¿Y la novia amante imaginaria de Saramago? Dejar de buscarla, no todos somos perfectos, quizá no existe, quizá tenga 20 o 21, no puede tener más. El perfil de chica bohemia no alcanza a muchas. Dejar de buscarla. A los 32, o a los veinte y doce, como dices, para que suene más bonito, es más jodido que la encontremos. ¿Renunciamos? Creo que sí. Renunciemos entonces

Ya sé. Busquemos una novia bonita, con dominio básico de los insultos que se le dicen a un novio cuando llega tarde y ebrio, con suficiente cultura etílica para salir de juerga y no dejar que tomes solo, como la de la otra vez, que nos vio embriagarnos y nunca más contestó el teléfono. Y claro que sí, amigo, con algo de paciencia para conversar.

Hay que agregarle, Luis, no te olvides, y déjame participar, que casi nunca puedo escribir encima de lo tuyo. Habría que agregar como requisito, cierto equilibrio para navegar sobre la cama de colchón hundido, que tienes donde dormir se hace cada vez más difícil. Cambia el colchón pues, me está doliendo la espalda de tan solo pensar que es la una y media de la mañana.

¿Y el libro de la presentación soñada, está en los planes? Siempre está en los planes. Se está escribiendo solo. Todos los jueves, en medio del silencio de las once y media. Mientras todos duermen, crece el sueño del libro propio. Cambiar de nombre y comenzar de nuevo. Esa es la solución. Esa era la solución. Lo hemos sabido desde siempre, desde que nos fuimos dejando todo.

Todo, no. Me llevé el dragón rosado que nos dio la superhéroe, nos llevamos los besos de la vieja y los gritos de los muchachos. Tienen la oportunidad de ser quienes quieran, aquí nadie los conoce. No sabíamos siquiera tomar un bus hacia el Ovalo Larco. Éramos incómodos, y qué querías. Habías abandonado la carrera, y cuando llegaste lo primero que hizo fue una mueca de disgusto.

Si vamos a comenzar de nuevo, sería intentar otra vez eso de la guitarra, siempre hemos querido tocar bien. Las clases están baratas, con otro nombre y otra vida, podríamos hacerla buena y hasta podemos formar un grupo. Que se llame “Los boludos”. El dúo “Los boludos”. Yo podría hacer el logo, No, suena muy argentino. Primero aprendamos a tocar, luego ya el nombre y todo.

¿Y lo del fútbol? Pues nada, no jugaremos bien ni en esta vida ni en la otra, nos queda conseguir un trabajo que nos permita viajar a argentina. Comprarnos documentos falsos y nos hacemos pasar por paraguayos, y tratamos de pasar pruebas en todos los equipos de tercera división, por malos que seamos, alguno nos puede aceptar.

Cambiar de nombre y comenzar de nuevo. Nunca es tarde para ser respetado, o para decir algo trascendente. Nunca es tarde Noel. Ahora que nos hemos quedado sin trabajo. Ahora que escribimos sin rumbo ni ideas fijas. Ahora, justo ahora, acabo de descubrirlo.

Cosas que me hubiera gustado ver

Posted by luis | Posted in | Posted on 9:47:00 p. m.

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La cara del abuelo búho cuando me gradué-vengué de mi mismo. Había pasado tiempo ya desde lo de Cajamarca. Logré vengarme de aquel que fui. Pero el abuelo no lo vio. Se fue al cielo, sin avisar. Como hacía siempre que hacía algo importante, no le avisaba a nadie. ¿Efectivo lo lograste? Me habría preguntado. Efectivo, abuelo, lo logré. Le hubiera dicho. Mírame abuelo, lo logré, digo ahora.


Los ojos de Gisella, cuando decía que, sin conocerme, sonreía cuando hablaba conmigo. Le creí. Si está bien que le haya creído o no, no es trascendente, tampoco es tema de otro mundo y para nada importante. Ahora que acabo de descubrir hace dos minutos que hay que hablar de lo que uno siente con los ojos clavados en los de la otra persona, me hubiera gustado estar ahí, por el tema de la mirada, digo.

Mi credencial de prensa de “XX XOXXN”. Fue uno de los primeros diarios que me permitió escribir acerca de lo que más me apasiona en este mundo: fútbol y literatura. Me prometieron la credencial que nunca llegó. Tampoco la esperé, sabía que no iba a llegar. Mientras esperaba, aproveché para conocer, admirar, y escribir acerca de la capacidad de supervivencia que muestra un jugador de segunda división.

A la “D” que conocí en Lima y que nunca encontré en Huanuco. Total que uno viaja dieciocho (¡18 horas “D”!) para encontrarla y se topa con una lista interminable de desplantes tipo “aléjate de mi”. Me emborraché a gusto, junto con mi compadre Eric que recibió trato más o menos igual. Aprendí que no debo viajar a ningún lugar por nadie. Ni siquiera por mí.

El partido homenaje por los cincuenta años de Pelé. Tenía 9 o 10 años, no me acuerdo. Recién iniciaba en mi esto de la pasión futbolera y pensaba que el negrito convenido era lo mejor. Pero justo ese maldito día, tuve que acompañar a mi hermana a un súper divertido cumpleaños de quien sabe. Intenté un ataque súbito de fiebre, polio, vómito o algo, pero nada dio resultado. Fui a comer chizito y chicha morada. Me lo perdí.

El concierto de Guns and Roses en Tokio. Año 92. Los chinitos ni siquiera sabían ante quien estaban, pero cómo ajustaban la carita para decir “puta male, este glupo es genial”. Compre los cassettes de VHS como auto regalo para mi cumpleaños 19. De cuando en cuando, para que no se malogren los pongo y me estrello contra las paredes de mi cuarto cantando Paradise City.

1997. Waldir ya metió el gol a Melgar. Mientras corre a Occidente, se seca el sudor de la frente con la camiseta y se la regala a su madre, para, como decían en EL BOCON, de ese tiempo, la señora se seque las lágrimas de emoción. A-lian-za, cam-pe-ón. No encuentro, al menos dentro del fútbol peruano, un homenaje similar. Me hubiera gustado dar la vuelta ese día, arrancar un pedazo de césped y llevármelo conmigo.

Cada que asisto a una presentación de libro, o festivales de poesía, envidio fiel y fervientemente a los ponentes, presentadores de libros o a quien ese que muestre sus logros. Imagino que el siguiente en decir algunas palabras será Noel Padilla quien nos hablará de su próximo libro, sueño despierto, y cuando vuelvo a la realidad, el libro ya se ha presentado, como muchos otros, hubieron discursos que se pronunciaron, y brindis y señales de buena suerte lanzadas al viento. ¿Y yo? Rodando, rodando.