Todos (tus) miedos

Posted by luis | Posted in | Posted on 4:46:00 p. m.


Laura bailaba feo. Era a propósito, para seguirme el paso en la discoteca. El mismo paso para todos los ritmos. La salsa, según yo, la bailaba bien, pero al lado de ella, me sentía una muy mala fotocopia de melcochita. Ella, reía como loca y me alentaba a seguir bailando. Ya no voy a discotecas, hace mucho el efecto ridículo, no se repite.

Si quieres ser escritor, entonces escribe. Siempre las mismas palabras. Subía al máximo el volumen del USB multiuso, para no escucharla renegar, por mi falta de agallas para dejar el trabajo y dedicarme a lo que más me gusta. Reemplazaba su voz por la de Alanis, para cubrir mi miedo y ensayar la letanía de siempre. Mi nombre es Luis García, vengo a ofrecerle un seguro de vida…


Nos separamos un tiempo. Viajar de ruta a Lima nunca fue, ni será, romántico, o divertido. Pero, necesitaba asegurarle que los veinte soles y cincuenta céntimos de siempre, alcanzarían para toda la semana. Lo importante era verla. Ver anochecer desde el mueble de su casa surcana, ver el amanecer desde su cama grandota (surcana). Salir en puntas de pie, para que sus viejos no nos escuchen. Así la conocí.

Mi nombre es Luis García, y vendo seguros. ¿Me vas a pagar el sueldo? reclamaba, ensayando frente al espejo. Se iba de la habitación, su habitación. Tanto talento para nada, cuando acabes de hacer el tonto, cierras. No estaba tan segura de aceptar que me quede esa noche. Solo en el departamento, me sentía como un pececito en una pecera enorme, como parte insignificante de su vida.

Regresaba a las dos horas, muerta de risa, con un Lucky en los labios y dos o tres botellas de vino encima. Nunca supe donde iba. No tenía el mínimo afán de saberlo. Lee algo tuyo decía, y se quedaba dormida con el ritmo de mi voz, en su enorme sofá inflable. Nos va a ir mejor, vas a ver flaco, en un par de años, nos llenamos de plata, publicas cuantos libros quieras y nos largamos de aquí, decía entre sueños.

Siempre tuve miedo, ella lo planeó todo. En la chamba ni se iban a dar cuenta. Era buena para las matemáticas, entonces no habría problemas con las cantidades, las sumas en sus manos siempre salían lógicas. Lo del viaje, saldría después, por defecto. Nadie se iba a dar cuenta, repetía las sumas hasta cansarse, incluso en las etiquetas de cerveza barata que tomábamos hasta el amanecer. Nade se va a dar cuenta ¿Te animas?

No era difícil animarse, con su personalidad las respuestas de quien sea, siempre eran SÍ. Amándola como se merecía, había que estar loco, ciego, o extremadamente desequilibrado como para no seguirla a donde sea. No seas maricón, gritaba siempre que había que arriesgarse a algo y concienzudo como siempre, le decía tímidamente, que ya, que se iban a dar cuenta, que era suficiente. Qué podía perder, respondía.

Se llamaba Laura solamente hasta el fin de esta historia. Su nombre no es Laura, hay que proteger las identidades. Aquí su nombre es Laura, digo, y anoche soñé con ella. En el extranjero, su nombre no es Laura y está embarazada de alguien que no soy yo. Con el tiempo, y lejos de mi, será feliz. En poco tiempo, no alcanzaré a ser, para ella, ni siquiera un mal recuerdo. Me olvidará en un par de meses,tres con suerte, mientras que yo aquí, sigo rodando. Rodando.

Pongo aquí el video de Unsexy de Alanis, ese lo usaba para olvidarme de tu voz, nunca funcionó




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