Fotocopia

Posted by luis | Posted in | Posted on 1:17:00 p. m.


Y tú que quieres que sea, niño o niña, me preguntó mi viejo. Bueno, quisiera que sea niño, para jugar, dije. Fue niña, mi papá llamó a la casa para darnos la noticia, almorcé como pude y fui al hospital. Y es así como Karina apareció en mi mundo, acostadita en un Moisés de lona. Hola, yo soy tu hermano, el rebelde, fue lo primero que dije, mientras miraba admirado que todo su cabello estaba parado.

A lo largo de mi vida, los mejores recuerdos que tengo tienen siempre su presencia, como un sello inolvidable. Como cuando volví de Lima, con mucha pena y sin ninguna gloria. Sus dos o tres años, le alcanzaron para recibirme en la puerta de mi casa y darme la mejor bienvenida que hasta ahora me han dado. Me abrazó y dijo ¿Vamosh Casha? (¿vamos a la casa?) Que más podía pedir…

A veces abusé de esta amistad, cuando me enojaba con ella, la amenazaba con volver a Lima, o quitarle algún regalo, y ella lloraba inconsolable. Tenía que decirle entonces que era broma, que nunca más me iba a ir, que la iba a cuidar. Quien diría que, iba a ser ella quien terminaría cuidándome. Si de algo estoy seguro, es que no podría entender este mundo, si no es caminando tomado de su mano.

Hicimos millones de travesuras juntos. Creamos una nueva Karina en una ficha del jardín, que hicimos de nuevo por que habíamos escrito que su pelo era castaño y muy largo, y sus ojos eran marrones. Fui su estricto entrenador para una durísima carrera de triciclos, además de ser fotógrafo, camarógrafo y editor oficial de cada una de sus presentaciones artísticas en el jardín 55, por que ella actuaba en todas, eso sí.

Estás en problemas Luis, te voy a acusar con la mamá, amenazaba siempre que el yogurt de su lonchera, desaparecía en mis manos, pero nunca me acusaba. Éramos tan buenos “socios” como decíamos, que me perdonaba y luego jugábamos cualquier cosa hasta que, cansada, se dormía con una canción de Cramberries, que le gustaba mucho, y que repetíamos una y otra vez en mi grabadora vieja.

Pasó el tiempo, y el destino nos ha separado más de una vez. Se fue a estudiar lejos. Me fui a estudiar lejos. Me perdí de algunos años de su adolescencia, pero pese a todo, se convirtió en el centro de mi vida, aunque a veces, y sobre todo conmigo, reniegue más de lo acostumbrado. Siempre he dicho que soy uno de los pocos que tengo dos mamás. Mi mamá verdadera y Karina.

Por eso esto que escribo se llama Fotocopia, por que, si no es mi vieja, es Karina quien está detrás de mío, viendo con que ropa me visto, con que chica salgo, si hago bien mi trabajo, si ya tengo más amigos que los de siempre. La niña que antes se sabía de memoria las barras de Alianza Lima, reniega, ríe y filosofa con mis problemas. Luego de hablar con ella, siento que puedo salir a llevarme el mundo por delante.

Cuando los hermanos son pequeños, lo ven a uno como una especie de héroe. Con el tiempo la admiración desaparece y el cuestionamiento, aparece. Quedan los recuerdos que me hacen sonreír. Karina guardando mis secretos, Karina bailando negroide con mis amigos, Karina preguntando el teléfono de alguna chica que me gustaba. Karina diciendo, no estés triste Luisito, vamos a jugar.

El recuerdo que más atesoro es este: Tienes que estudiar harto, para que no seas como yo, que no puedo ingresar a la universidad, le dije. No, dijo, cuando sea grande, quiero ser como tú. Eso fue lo más bonito que me han dicho, pero fue la primera vez que se equivocó. Cuanto más pasa el tiempo, soy yo quien quiero parecerme a ella.

Inserto aquí un poquito de la canción de cramberries. Canción homenaje, hay que esperar un ratito




Comments (4)

muy bonito =)

Una vez más me dejaste sin palabras... y con un nudo en la garganta... Gracias hermano, gracias por como eres conmigo, por ser el gran hermano que eres... te quiero mucho... aunq no te perdono lo del yogurth! me pudiste causar un trauma!

Yo tengo mi Karina pero se llama Diana y concuerdo con que son nuestros tesoros, un beso, bonito blog y nos vemos en el diplomado.

Claus

Luis ¡Qué hermoso homenaje el tuyo! Yo sigo extrañando a ese hermano mío, apenas un año mayor que yo, que se fue tan joven, y me dejó tan sola.
No había mejor compinche que él, y todavía lo necesito. Me has traído nuevamente su nostalgia, pero de una manera muy bella. Un abrazo. Graciela