Parecería que no tenía amigos, o tenía muy pocos, que más da, nada importa. Es 13 de Marzo, la persona más patética del mundo le ha dicho algo cierto. Cómo pude meterme contigo. Como pudiste, le respondió, si te advertí que no era recomendable para una chica cuadriculada y prejuiciosa como tú. Nunca debiste haberme dicho mi amor, siempre te dije que éramos amigos. Hoy es cumpleaños de Silvia , está lloviendo.

Su habitación parece congelada en el tiempo. Una cómoda con espejo de medio cuerpo, una loción cool wave, un par de Gato Pardo abiertas en la sección literaria, apuntes sueltos, discos que casi no oye. Encender la luz., y escuchar la canción de siempre. Drive Shaft inunda la habitación, Try to mind your own business, try to find your way loser, and try to kill yourself without fear and dependence, suenan las paredes...



Hoy es el cumpleaños de Silvia, dice, mientras descubre la frase que el estéreo ha vomitado, pintada en la pared. La pintó Silvia el día que la conoció. El antro estaba lleno, ella no había ido a sus clases de derecho por que estaba harta de esas niñas resentidas que tratan de moldear a todos en sus juicios y dicen discursos telenoveleros, Hoy es el cumpleaños de Silvia, repitió. No importa... nada importa. No sé dónde está...

Qué hacer, qué hacer. Llamar a su casa, siempre es lo mismo, su viejo no le dará ni el teléfono, ni el email. Han pasado demasiados 17 de Marzo, las heridas siguen presentes como la frase en la pared que no se ha atrevido a borrar. Somos consecuencia de nuestros errores, más que de nuestras vivencias. Somos una cadena de elecciones, con el tiempo nos convertimos en una cadena de mentiras.

Mentir, mentir que sales con un montón de gente el fin de semana, cuando lo único que haces es comprar una película independiente y quedarte en casa, mentir que eres popular y que todo el mundo tu columna en el diario, cuando sabes la gente lee solo para ver que parte de tu vida se refleja. Mentir sobre tu pasado, estamos hechos de mentira dice Juan Ruiz, su mejor amigo lo mira mientras le prepara otro cebiche.

La “Cebichería del amor” es su refugio. En esos fines de semana previsibles. Dormir el sábado hasta tarde y luego ir a comer un cebiche donde el “Churris”. Mil cervezas atenuarán la soledad, un poco. Qué pasaría si me tocas toda la noche. La frase la escribió Silvia, la escribió con plumón indeleble sobre su guitarra. Sobre la misma guitarra le dijo en una carta que lo odiaba, que se iba. Hace tiempo de eso. ¿un año? ¿cuántos años?

Le gustaba tocar la guitarra. Fito Paez era su preferido aquellas noches de bohemia a dúo. Le divertía la forma en que había cambiado la letra: circo Ruiz, circo Ruiz, cantaba con una sonrisa ebria en los labios, No deberíamos decir circo beat, preguntaba,ella reía. Su vida se ha convertido en un circo de cincuenta céntimos la función, una función con millones de payasos, millones que se convierten en uno solo. Él.

Estaba lloviendo, le gusta caminar bajo la lluvia. No le molesta sentir el agua inundando sus zapatillas azules, mirar la lluvia a contraluz. Hace frío, pero no hay que hacer nada en casa, camina hasta el frigorífico de la ciudad, dos o tres vagos se le acercan pidiendo que les preste un sol, mira su cara brillando en la oscuridad. Soy igual que ellos, dice. Somos iguales.

Un río ácido recorre su garganta y se estrella en el suelo. Camina hacia el puente, la luz de los edificios se refleja en el agua sucia, son veinte metros, más o menos. Le parece escuchar una melodía conocida. Let´s fly together, let´s fly away. Podría saltar, pero, para qué, la luz de su cigarrillo surca el aire y se estrella en la oscuridad. Regresa a casa, para abrazar en silencio, para abrazar devotamente, desesperadamente, unas letras pintadas en su pared.