NO EntieNdo

Posted by luis | Posted in | Posted on 7:29:00 p. m.

Viernes pasado, ley seca, antes de las elecciones para el alcalde que ahora nos gobierna con tanto tino (desatino). No hay nada que hacer, así que me junto con uno de mis mejores amigos y damos una vuelta por nuestra plaza de Armas que también sirve como corral. Un bodeguero oriental quisiera estar en su casa, en donde seguro vería más gente que esta noche. Ha colocado un cartelito que dice “no se vende alcohol, no insista” y a su bodega no entran ni las moscas. Entro y lo saludo, Es usted un patriota, le digo, él quiere ponerse a llorar.

Todos los locales están cerrados, pero conozco uno que si tocas la puerta, te abren caleta nomás primito, nos dice un pata en la calle y no nos queda otra que ir con el pata que sabe “donde venden”. En el local parece estar todo Cajamarca. Pido una jarra de sangría, y le damos curso rapidito nomás, cuidado venga la tombería y punto. No me gustaría pasar la noche encerrado, encima que es la primera vez que no voy a botar viciado o nulo...



Un pata se me acerca y pregunta si soy el que escribe las cortinas de humo. Le digo que sí. Buena maestro, dice, ta bacán lo que escribes, siempre leo las historias, al menos me gustó mucho la de un patita que necesita diez minutos, no se para qué, ta bacán, bacán, más bien invítame un cigarrito que ya me voy. Le invito un cigarro y me repite que siempre me lee, pero a veces no entiendo lo que escribes "broder", dice, y se va.

Ta bien broder, respondo, y trato de averiguar por qué no me entiende y le digo que no me entiende por que de repente piensa que la historia está en inglés y no te has dado cuenta, o estás leyendo otro periódico, o lees el periódico de abajo para arriba, o no sabes leer, o lees con la luz apagada. Y me doy cuenta que no lo puedo ayudar a entenderme, por que yo tampoco entiendo muchas cosas que estoy diciendo por tomar ese vino industrial que sirven en el antro.

No entiendo, por ejemplo, que la gente que lee esta columna siga pensando que pongo cosas que de verdad me han pasado y que relato toda mi vida, cuando me he cansado de explicarle al que me pregunta, que las historias son ficticias. Ficticias significa que son de mentira, que no son reales, que no existen. Por favor ¿alguien sería capaz de entender eso?

Estoy cansado de llegar a casa y que mi vieja me agarre a zapatazos. Por qué diablos siempre estás contando tu vida, dice. Y en cierto modo, me siento orgulloso, por que mi mamá forma parte de las cinco o seis personas que leen esta columna. Le explico una vez más que nada es cierto, pero me ha caído un zapatazo en el ojo y mejor huyo a mi cuarto, por que es mejor ser cobarde que ciego, y peor que éso es ser ciego y cobarde.

No entiendo tampoco, por que a pesar de mis esfuerzos por conseguir la maldita licencia de conducir, toda mi familia en pleno entra en estado de shock cada vez que intento conducir mi camioneta, mejor dicho la camioneta de mi viejo. No creo ser mal conductor, es más, creo que manejar mi auto, el auto de mi viejo, digo, con mi familia adentro, puede convertirse en una muy buena terápia para los nervios.

Llevo años tratando de conducir bien, es cierto, también llevo años, tratando de no patear mi radio cada vez que Alianza pierde, llevo años, y no me averguenza decirlo, tratando de ser escritor, y esforzarme lo mínimo cada vez, por conseguirlo. Pero lo que más desconcierta es que hay una lista inmensa de esfuerzos vanos. Si es verdad que todo es cuestión de práctica, como dicen, no entiendo por que casi nada me sale bien. No en-tien-do.

Llevo años tratando de escribir bien esta columna, y recién ahora me doy cuenta que lo primero que tendría que haber hecho, es preguntarte, con toda humildad y respeto, estimado lector, si entiendes lo que escribo. Por favor corre a tu computadora alquilada en una cabina y cuéntame cuál es la cortina de humo que más te ha gustado y dime con toda honestidad, si entiendes lo que escribo. Yo, la verdad, no entiendo por qué me leen.

Comments (0)