era facil
Posted by luis | Posted in | Posted on 7:46:00 p. m.
Con mucho cariño para las compañeritas de la academia Oxdford q ya desaparecio
Parecía fácil, era fácil en realidad. Acercarse como si nada, como quien no quiere la cosa, Hola, que tal, estás en esta académia, yo también, soy nuevo, la verdad que no he venido por que había estado enfermo, y a mi esto de las vacacionales no va, Qué bien, diría ella, A propósito, qué mal educado, soy Luis y tú, Mariana, mucho gusto. Mira ya van a entrar a clase, Vamos, Vamos.
En clase hay que buscar cualquier pretexto. Escribir Qué aburrida está la clase en un pedazo de papel, tocar su hombro y entregarle el mensaje. Ella pudo responder Sí verdad, o, Déjame atender. Por favor diosito que me responda. Tienes razón decía, o escribía ella con su letra redondita. Todo salía bien, el papelito fue de ida y vuelta 10 o 15 veces, Te puedo acompañar a la salida, Sí...
Iba a ser mi día de suerte, por que dijo Sí cuando pregunte si le gustaba el blues. Hay que pasar por la plaza, total arriesgando no se pierde nada, le digo, si quiere le puedo invitar u helado. Ya, dijo y me di cuenta que no tenía dinero. Caminar, solamente quedaba caminar y evitar decir estupideces a cada momento. Ella caminaba iluminando la calle con sus ojazos marrones, yo flotaba.
¿Viste que era facil? Le grité a mi espejo en la mañana, mientras esperaba que llegaran las ocho y media de la mañana . Estaba contento, no era cosa del otro mundo. Era la primera vez que gozaba con las clases de Arimetica, me había dado cuenta que mientras más ponía atención, más rápido pasaba el tiempo, más rápido llegaba el recreo, más rápido podía hablar con ella.
Clase de Algebra y papelitos otra vez. Ahora le iba a preguntar que música le gusta, o quienes son su artistas favoritos, cosas de chicos, ustedes saben. Podía escuchar clarito los latidos de mi corazón cada vez que se demoraba en contestar. Por qué demora pensaba, pero el papelito siempre llegaba. A veces con una sonrisa, a veces un poco seria como diciendo, Ya estuvo bueno, deja escuchar la clase. Y yo… flotando.
Cuando la deje en su casa, la voy a invitar a salir. Quieres ir al cine, Al cine, Sí, al cine, esa lugar como una casa en donde hay una tela blanca y luego aparecen figuras, já, sí se lo que es un cine, Entones, No sé, Mañana es Sábado, Es que voy a salir con mi mamá, Entonces otro día, No, mejor mañana, le digo a mi mami que la compaño otro día. Hasta ahora no se si es mi imaginación o el ruido de la calle sonaba más fuerte.
De la película ni me iba a acordar, eso ya lo sabía. Me iba a acordar del rostro de la Marianita a contraluz, de su sonrisa, y de mi mano temblando, de mis piernas temblando y de mi lengua paralizada. Saldrémos tres o cuatro semanas más y le diría si quería ser mi enamorada. Por qué no lo intentamos me dijo. Y yo que no había besado nunca, tendría que aprender de golpe.
¿Viste que era facil? Repito ahora, catorce años después. Parecía fácil, tenía que ser fácil. Era linda la Marianita. Me pregunto por qué nunca le hablé si era tan facil, maldita sea. Durante una semana me limité a verla de lejos y sentarme detrás suyo todo el tiempo, para memorizarme cada rizo de su cabello. De ella no supe más, ni siquiera el nombre, así que le puse Mariana. A las dos semanas, dejé la académia.
En clase hay que buscar cualquier pretexto. Escribir Qué aburrida está la clase en un pedazo de papel, tocar su hombro y entregarle el mensaje. Ella pudo responder Sí verdad, o, Déjame atender. Por favor diosito que me responda. Tienes razón decía, o escribía ella con su letra redondita. Todo salía bien, el papelito fue de ida y vuelta 10 o 15 veces, Te puedo acompañar a la salida, Sí...
Iba a ser mi día de suerte, por que dijo Sí cuando pregunte si le gustaba el blues. Hay que pasar por la plaza, total arriesgando no se pierde nada, le digo, si quiere le puedo invitar u helado. Ya, dijo y me di cuenta que no tenía dinero. Caminar, solamente quedaba caminar y evitar decir estupideces a cada momento. Ella caminaba iluminando la calle con sus ojazos marrones, yo flotaba.
¿Viste que era facil? Le grité a mi espejo en la mañana, mientras esperaba que llegaran las ocho y media de la mañana . Estaba contento, no era cosa del otro mundo. Era la primera vez que gozaba con las clases de Arimetica, me había dado cuenta que mientras más ponía atención, más rápido pasaba el tiempo, más rápido llegaba el recreo, más rápido podía hablar con ella.
Clase de Algebra y papelitos otra vez. Ahora le iba a preguntar que música le gusta, o quienes son su artistas favoritos, cosas de chicos, ustedes saben. Podía escuchar clarito los latidos de mi corazón cada vez que se demoraba en contestar. Por qué demora pensaba, pero el papelito siempre llegaba. A veces con una sonrisa, a veces un poco seria como diciendo, Ya estuvo bueno, deja escuchar la clase. Y yo… flotando.
Cuando la deje en su casa, la voy a invitar a salir. Quieres ir al cine, Al cine, Sí, al cine, esa lugar como una casa en donde hay una tela blanca y luego aparecen figuras, já, sí se lo que es un cine, Entones, No sé, Mañana es Sábado, Es que voy a salir con mi mamá, Entonces otro día, No, mejor mañana, le digo a mi mami que la compaño otro día. Hasta ahora no se si es mi imaginación o el ruido de la calle sonaba más fuerte.
De la película ni me iba a acordar, eso ya lo sabía. Me iba a acordar del rostro de la Marianita a contraluz, de su sonrisa, y de mi mano temblando, de mis piernas temblando y de mi lengua paralizada. Saldrémos tres o cuatro semanas más y le diría si quería ser mi enamorada. Por qué no lo intentamos me dijo. Y yo que no había besado nunca, tendría que aprender de golpe.
¿Viste que era facil? Repito ahora, catorce años después. Parecía fácil, tenía que ser fácil. Era linda la Marianita. Me pregunto por qué nunca le hablé si era tan facil, maldita sea. Durante una semana me limité a verla de lejos y sentarme detrás suyo todo el tiempo, para memorizarme cada rizo de su cabello. De ella no supe más, ni siquiera el nombre, así que le puse Mariana. A las dos semanas, dejé la académia.
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