Sin Existencia
Posted by luis | Posted in | Posted on 10:15:00 p. m.
El caballero, el tipo bien portado, el cede el paso a las chicas en la vereda, o en los almuerzos, o en donde sea, el que tiene una facilidad de palabra única y arranca sonrisas por doquier con su manera de ser, el que todavía tiembla cuando se acerca la hora de la primera cita, el que llama al día siguiente para decir, Hola, me ha gustado salir anoche, te agradezco por salir conmigo. ese, ya no existe. Eso es seguro...
El que toca la guitarra como nadie, él que le hace caso a BB King, que dice que es bacán tocar la guitarra, pero si tocas bien, puedes conseguir mujeres, ese que toca blues sin importar que sus amigos no entiendan sus melodías, el que se cree Joaquín Sabina cuando le pone música a sus composiciones. Ese estimados amigos, amantes de la música, no está en este mundo. No existe...
El que piensa que en esta vida todo gira en torno a la actitud que le pones, que puedes ser feo o bonito, pero si no tienes actitud está perdido, el que tiene todo bajo control, el que mira a la vida de frente sin temor ni sonrisa, el que puede permanecer sin decir lo siente, y no sufrir daño alguno, el que nunca está triste, el que piensa siempre en como vivir la vida sin remordimientos. Ése, coincidirás conmigo, no existe.
El que sabe sin ninguna duda que hacer con su vida, el que no suplica besos, o cariño, o abrazos a nadie, el que sabe como abordar a una chica en una discoteca, el que sabe como sentirse abordado por una chica en una discoteca, el que sabe qué hay que decir y cuándo. Ése, vamos, hay que ser sinceros, no existe.
El que cumple sus promesas, el que pone su despertador a las seis de la mañana, y sale a trotar todos los días. El que sabe manejar todos los programas de computación, el que habla inglés a la perfección, el que se esfuerza por ser formal cada día, o al menos no caer mal. Ese, lamentablemente no existe, nadie sabe dónde está. Punto.
El que siempre se hace responsable por sus actos, el que se niega rotundamente a permanecer en su cama mientras hay asuntos pendientes por resolver. El que no espera que alguien lo defienda, o lo saque de problemas, o lo oculte en su casa, o lo ayude a huir. El que nunca se mete en problemas. Ése estimados amigos se volvería rico si nos dijera cuál es el secreto, pero lamentablemente no existe.
El tipo seguro de si mismo, el que no se piensa cien mil veces las cosas que tiene que presentar a sus jefes, el que nunca imagina diálogos interminables que nunca se dan, el que no tiembla para nada, el que no cuenta ni muertos ni heridos, el que sabe exactamente qué hacer ante cualquier circunstancia. El talentoso, el que va a ganar el premio COPE de Petroperú algún día. Ése amigos míos, ése no existe.
Ese que escribe bacán, el que tiene diez mil ideas para compartir con ustedes cada semana, el que tiene respuesta para todo, el que sabe de todo un poco, por que lee un libro semanal, el que tiene todo calculado para que las palabras que dice, o escribe sean un éxito, el que hace años debería haber publicado un libro. Ése, y los otros, estimado lector, no existen. Tú me has ayudado a crearlo cuando lees semanalmente estas confesiones sin sentido ni destinatario.
El que toca la guitarra como nadie, él que le hace caso a BB King, que dice que es bacán tocar la guitarra, pero si tocas bien, puedes conseguir mujeres, ese que toca blues sin importar que sus amigos no entiendan sus melodías, el que se cree Joaquín Sabina cuando le pone música a sus composiciones. Ese estimados amigos, amantes de la música, no está en este mundo. No existe...
El que piensa que en esta vida todo gira en torno a la actitud que le pones, que puedes ser feo o bonito, pero si no tienes actitud está perdido, el que tiene todo bajo control, el que mira a la vida de frente sin temor ni sonrisa, el que puede permanecer sin decir lo siente, y no sufrir daño alguno, el que nunca está triste, el que piensa siempre en como vivir la vida sin remordimientos. Ése, coincidirás conmigo, no existe.
El que sabe sin ninguna duda que hacer con su vida, el que no suplica besos, o cariño, o abrazos a nadie, el que sabe como abordar a una chica en una discoteca, el que sabe como sentirse abordado por una chica en una discoteca, el que sabe qué hay que decir y cuándo. Ése, vamos, hay que ser sinceros, no existe.
El que cumple sus promesas, el que pone su despertador a las seis de la mañana, y sale a trotar todos los días. El que sabe manejar todos los programas de computación, el que habla inglés a la perfección, el que se esfuerza por ser formal cada día, o al menos no caer mal. Ese, lamentablemente no existe, nadie sabe dónde está. Punto.
El que siempre se hace responsable por sus actos, el que se niega rotundamente a permanecer en su cama mientras hay asuntos pendientes por resolver. El que no espera que alguien lo defienda, o lo saque de problemas, o lo oculte en su casa, o lo ayude a huir. El que nunca se mete en problemas. Ése estimados amigos se volvería rico si nos dijera cuál es el secreto, pero lamentablemente no existe.
El tipo seguro de si mismo, el que no se piensa cien mil veces las cosas que tiene que presentar a sus jefes, el que nunca imagina diálogos interminables que nunca se dan, el que no tiembla para nada, el que no cuenta ni muertos ni heridos, el que sabe exactamente qué hacer ante cualquier circunstancia. El talentoso, el que va a ganar el premio COPE de Petroperú algún día. Ése amigos míos, ése no existe.
Ese que escribe bacán, el que tiene diez mil ideas para compartir con ustedes cada semana, el que tiene respuesta para todo, el que sabe de todo un poco, por que lee un libro semanal, el que tiene todo calculado para que las palabras que dice, o escribe sean un éxito, el que hace años debería haber publicado un libro. Ése, y los otros, estimado lector, no existen. Tú me has ayudado a crearlo cuando lees semanalmente estas confesiones sin sentido ni destinatario.
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