Ésta va por los muchachos.

Posted by luis | Posted in | Posted on 10:26:00 p. m.


Los de siempre, mis amigos desde 15 años atrás, cómplices de todo. Falta Ivan García. De i zq a der: Lucho, Churris y Lolo. Falta Ivan, es que ya no le gusta juerguear con nosotros

Por: Luis Alberto Padilla Malca (
aire_1975@hotmail.com)

Tengo un ángel guardián muy bueno, que siempre evita que me meta en los líos más extraños e irrepetibles. No encuentro otra razón para jugar, a veces abusar, repetidamente de mi suerte y salir siempre bien librado. No es que me gusten los problemas, creo que me persiguen. Quizá te guste meterte en problemas por que sabes que saldrás bien librado, me dijo un amigo hace poco.

Lolo, Lucho, Iván, Churris. Tengo cuatro amigos que soportan todo. Aguantan que no los vea en meses enteros, a pesar que vivimos a dos cuadras de distancia. Y los extraño más que a las madrugadas nubladas, ésas en las que aspiras fuerte y sientes el viento helado entrar a toda velocidad en los pulmones. Tengo cien abrazos y doscientas bromas que compartir con ellos. Será este fin de semana, si es que no me olvido, claro...




Tengo dos mascotas. Dominga es mamá de Cubillas, Cubillas es hermano de Waldir. A Waldir lo envenenaron (algunos dicen que con razón). A Dominga la encontré moribunda en una calle cualquiera y la llevé a casa. No distingue entre dar amor y defenderse del mundo. Por eso muerde cuando quiere jugar. Es una perra callejera, con alma y corazón rajados a punta de calle. Le da ciegamente su cariño a cualquiera. En éso nos parecemos.

Me siento en el mismo lugar cuando voy al estadio. Masoquistamente creo que mi equipo va a campeonar. No soy el único. Cuatro desconocidos, ilusos como yo, me buscan siempre para sentarse junto a mí. Esa es su cábala para que el equipo gane. Cuando todo son empates o derrotas, me miran con cólera, o no me miran, pero siempre hay uno que pregunta si volveré para el próximo partido.

Tengo una súper amiga, solo una, que es cómplice mía en todo lo que hago, y amenaza decirle a mi mamá cuando me porto mal, es su manera de pedirme por favor que reaccione y me porte bien. A los dos nos va mal en el amor. Hemos quedado en que si nos quedamos solteros, compraremos dos perros de la misma raza para sacarlos a pasear. Me veo a futuro tocando la puerta de Mirtha todos los domingos, perro en mano.

Tengo dos hermanas-superhéroes, que, aunque no lo acepten, me vigilan todos lo días y aunque una no lo acepte, abrigan gratuitamente mi corazón congelado en su capas talla small. Tengo dos hermanas superhéroes que gastan miles de segundos tiñendo, otra vez de negro, las canas multicolores que les crecen por mi culpa. Un día les pagaré el tinte, con mi sueldo, o cuando sepa decir Te quiero, sin temor a la vergüenza.

Han aguantado heroicamente mi extraña manera de ser. Lo aprendieron, seguro, de mi vieja, que ha soportado mi existencia todo este tiempo en que no me he portado del todo bien. Mi viejo es el hombre más bueno del mundo, compra el periódico los sábados y pasa rapidito la página donde escribo para que no me entere que también la lee. A pesar que mi vieja diga que tengo la cara de piedra, sepan, amigos míos, que sin mi familia, el que aquí viste, calza, y dizque escribe, no sería nada, absolutamente nada.


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