sin Rencor
Posted by luis | Posted in | Posted on 8:01:00 p. m.
Esta es la historia de alguien que odia al mundo. Siete de la mañana. La ropa en el suelo y el sueño roto gracias a la voz de Calamaro que canta que la vida es una carcel con las puertas abiertas. Quién habrá inventado ésas radios con alarma que se prenden solitas. Vestirse mientras se quiere estar dormido, asearse mientras se quiere estar muerto. Después, todo cuesta abajo: desayuno malo, tráfico, trabajo y un jefe imbécil.
Esta es la historia de alguien que odia al mundo sin razón. Como si se necesitara razón para los sentimientos. A los treinta la soltería no debería ser una característica de un hombre con tu talento, había dicho la psicóloga. Cuál talento, si escribo cosas que nunca resultan ser las que planeo, no sé de que se ríe la gente, ¿quieres que escriba? ¿esperas la columna todas las semanas? Mejor por que no escribes tú y yo espero...
Esta es la historia de alguien que odia al mundo sin razón aparente. Apariencias, si de apariencias vivimos, aparentamos que estamos bien cuando estamos mal, aparentas que te gusta el trabajo para tener un buen pretexto, para no desear que la cama te devore y desaparecer…desaparecer. Apariencias, apariencias, si eso es lo que necesita el mundo. Ocho y diez de la mañana y sin desayuno. ¿podríamos aparentar que todavía son las seis?
Esta es la historia de alguien que odia al mundo sin razón, ni causa aparente. De las apariencias ya hablamos, podríamos hablar de alguna relación causa o efecto. Del efecto que ocasionan dos miradas al cruzarse en búsqueda de momentos mágicos. No hay nada raro en esos ojos. Son ojos de mujer, suficiente razón, se puede decir, suficiente razón, para convertirse en el diablo guardián de antes.
Esta es la historia de alguien que odiaba al mundo sin razón ni causa aparente. Esta es la historia del diablo guardián que lo hizo cambiar de opinión en menos de siete días. Él ahora despierta sonriendo y mientras sonríe, piensa que ella existe. Ella, el diablo guardían, es decir, no odia al mundo, por que sabe que él existe. No se conocen, y caminan bajo la lluvia, separados pero juntos, con la ropa empapada, esperando una señal. Para pensar en ella, para pensar en él.
Esta, también es la historia de alguien que esperaba un compañero, sin tener que cruzar grandes distancias, ni con el corazón ni con el tiempo. Y cuando lo encuentra se da cuenta que las distancias fallan a veces, y que el corazón no tiene tiempo, y que la lluvia es fuente para apagar recuerdos. Y cuando así, con la ropa empapada, lo mira, se da cuenta que a veces es preferible estar muerto.
Esta es la historia de alguien que odiaba al mundo, esta es la inconclusa historia de su diablo guardián, esta es la historia de ambos caminando bajo la lluvia, sin conocerce y esperando encontrarse. Esta es la historia de alguien que odiaba al mundo, esta es una historia sin fin, se podrían agregar corazones de piedra o mantequilla en medio. Esta es la historia de dos personas, no es la historia que cuenta lo que pasa entre ellos. Eso, estimado lector, ya es tarea suya.
Esta es la historia de alguien que odia al mundo sin razón. Como si se necesitara razón para los sentimientos. A los treinta la soltería no debería ser una característica de un hombre con tu talento, había dicho la psicóloga. Cuál talento, si escribo cosas que nunca resultan ser las que planeo, no sé de que se ríe la gente, ¿quieres que escriba? ¿esperas la columna todas las semanas? Mejor por que no escribes tú y yo espero...
Esta es la historia de alguien que odia al mundo sin razón aparente. Apariencias, si de apariencias vivimos, aparentamos que estamos bien cuando estamos mal, aparentas que te gusta el trabajo para tener un buen pretexto, para no desear que la cama te devore y desaparecer…desaparecer. Apariencias, apariencias, si eso es lo que necesita el mundo. Ocho y diez de la mañana y sin desayuno. ¿podríamos aparentar que todavía son las seis?
Esta es la historia de alguien que odia al mundo sin razón, ni causa aparente. De las apariencias ya hablamos, podríamos hablar de alguna relación causa o efecto. Del efecto que ocasionan dos miradas al cruzarse en búsqueda de momentos mágicos. No hay nada raro en esos ojos. Son ojos de mujer, suficiente razón, se puede decir, suficiente razón, para convertirse en el diablo guardián de antes.
Esta es la historia de alguien que odiaba al mundo sin razón ni causa aparente. Esta es la historia del diablo guardián que lo hizo cambiar de opinión en menos de siete días. Él ahora despierta sonriendo y mientras sonríe, piensa que ella existe. Ella, el diablo guardían, es decir, no odia al mundo, por que sabe que él existe. No se conocen, y caminan bajo la lluvia, separados pero juntos, con la ropa empapada, esperando una señal. Para pensar en ella, para pensar en él.
Esta, también es la historia de alguien que esperaba un compañero, sin tener que cruzar grandes distancias, ni con el corazón ni con el tiempo. Y cuando lo encuentra se da cuenta que las distancias fallan a veces, y que el corazón no tiene tiempo, y que la lluvia es fuente para apagar recuerdos. Y cuando así, con la ropa empapada, lo mira, se da cuenta que a veces es preferible estar muerto.
Esta es la historia de alguien que odiaba al mundo, esta es la inconclusa historia de su diablo guardián, esta es la historia de ambos caminando bajo la lluvia, sin conocerce y esperando encontrarse. Esta es la historia de alguien que odiaba al mundo, esta es una historia sin fin, se podrían agregar corazones de piedra o mantequilla en medio. Esta es la historia de dos personas, no es la historia que cuenta lo que pasa entre ellos. Eso, estimado lector, ya es tarea suya.
Muy buen e interesante artículo. Tal vez le interese el libro virtual para descargar EL ARTE DE LA VENTAJA. Es un manual práctico para sobrevivir con astucia en el mundo. Lo que te han contado no es suficiente para triunfar: los conocimientos de este libro se aplican de forma inmediata con resultados excelentes.
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Saludos.